domingo, 29 de noviembre de 2009

Poema Del Fracaso

Mi corazón, un día, tuvo un ansia suprema,
que aún hoy lo embriaga cual lo embriagara ayer;
Quería aprisionar un alma en un poema,
y que viviera siempre... Pero no pudo ser.

Mi corazón, un día, silenció su latido,
y en plena lozanía se sintió envejecer;
Quiso amar un recuerdo más fuerte que el olvido
y morir recordando... Pero no pudo ser.

Mi corazón, un día, soñó un sueño sonoro,
en un fugaz anhelo de gloria y de poder;
Subió la escalinata de un palacio de oro
y quiso abrir las puertas... Pero no pudo ser.

Mi corazón, un día, se convirtió en hoguera,
por vivir plenamente la fiebre del placer;
Ansiaba el goce nuevo de una emoción cualquiera,
un goce para el solo... Pero no pudo ser.

Y hoy llegas tu a mi vida, con tu sonrisa clara,
con tu sonrisa clara, que es un amanecer;
y ante el sueño más dulce que nunca antes soñara,
quiero vivir mi sueño... Pero no puede ser.

Y he de decirte adiós para siempre, querida,
sabiendo que te alejas para nunca volver,
Quisiera retenerte para toda la vida...
Pero no puede ser! Pero no puede ser!

José Angel Buesa

jueves, 8 de octubre de 2009

EL MUNDO


El naufragio me llevó a conocer la marea
La marea me hundió y acá me tiene.
Cuando siento el amor de los duendes que creo
Cuando siento que acá están y no los veo.
Cuando creo que el agua que me queda
Está en un cactus, lejos, bajo la tierra.
Cuando siento a la razón que me sopla y me ciega
Me pesa la brisa, me afana las ideas.
Cuando veo el dolor de esta tierra
Mil almas me hunden en un coctail de arena.
Cuando se levanta el viento y veo lo que soy,
Siento que me arrastran los bueyes.

El mundo me acribillará,
los días mal que mal ya pasarán.
Las tardes que vivimos, nunca volverán,
Como una pintura nos iremos borrando.

Una radio sin habla, un desierto sin fin,
Una brújula, un camino que va a Paris.
Una calle sin salida, un velero que naufraga
Un jardín de color, una moneda, una mentira.
Una carta de tarot que me muestra la fortuna,
Un país sin frontera, un ejercito que huye
Una rosa rococó que me enseña mi abuela,
Nunca la voy a ver, antes de que muera.
Una noche en la puna con la luna,
Una canción de cuna, que me sube en el aire.

El mundo me acribillará,
los días mal que mal ya pasarán.
Las tardes que vivimos, nunca volverán,
Como una pintura nos iremos borrando.

La Zurda

miércoles, 23 de septiembre de 2009

Las Rubaiatas

SI YO GOBERNASE EL MUNDO
con poderes de creador,
lo destruiría...

Y pondría en su lugar
un paraíso
edificado con cariño,
en el cual no hubiese lágrimas,
odio,
guerras.
Y donde no reinase la hipocresía.

Si yo tuviese poderes de creador,
¡Qué distinto sería el mundo!

En él,
los hombres se unirían,
sin sudor y sin sangre,
para cultivar libremente
los supremos ideales del Amor.

Omar Khaiame

lunes, 21 de septiembre de 2009

Desperté
Otra vez desperté
sin saber donde estaba
fue la noche mas cruel
ya todo terminaba...

Es mejor para vos
que hoy yo no sea nada
Es mejor para vos
que hoy yo no sea nada...

Y salí, caminé,
buscando las palabras
para hacerte entender
que de mi te alejaras...

Y es mejor para vos
que hoy yo no sea nada...
Cómo perdí esos momentos
Y ahora lamento esta absurda cicatriz.

No te puedo olvidar
nunca te supe amar
y hoy para ti,
es mejor estar lejos de mi

Aaaaay amor...
vas a alejarte
Aaaaay amor...
hoy vas a odiarme...
Aaaaay amor...
para salvarte...
Aaaaay amor...
voy a dejarte ir...

Hoy deperté...
No sé más qué hacer
con todo este tiempo
nunca supe ser feliz...

No te puedo olvidar
no te supe amar
y hoy para ti,
es mejor estar lejos de mi...

Aaaaay amor...
vas a alejarte
Aaaaay amor...
hoy vas a odiarme...
Aaaaay amor...
para salvarte...
Aaaaay amor...
voy a dejarte ir... (x2)
Kapanga

sábado, 19 de septiembre de 2009

DAME LA MANO

Dame la mano y danzaremos;
dame la mano y me amarás.
Como una sola flor seremos,
como una flor, y nada más...

El mismo verso cantaremos,

al mismo paso bailarás.
Como una espiga ondularemos,
como una espiga, y nada más.

Te llamas Rosa y yo Esperanza;
pero tu nombre olvidarás,
porque seremos una danza
en la colina y nada más...

Gabriela Mistral

viernes, 18 de septiembre de 2009

DESPUÉS DEL AMOR

No pudimos ser. La tierra
no pudo tanto. No somos
cuanto se propuso el sol
en un anhelo remoto.
Un pie se acerca a lo claro.
En lo oscuro insiste el otro.
Porque el amor no es perpetuo
en nadie, ni en mí tampoco.
El odio aguarda su instante
dentro del carbón más hondo.
Rojo es el odio y nutrido.

El amor, pálido y solo.

Cansado de odiar, te amo.
Cansado de amar, te odio.

Llueve tiempo, llueve tiempo.
Y un día triste entre todos,
triste por toda la tierra,
triste desde mí hasta el lobo,
dormimos y despertamos
con un tigre entre los ojos.

Piedras, hombres como piedras,
duros y plenos de encono,
chocan en el aire, donde
chocan las piedras de pronto.

Soledades que hoy rechazan
y ayer juntaban sus rostros.
Soledades que en el beso
guardan el rugido sordo.
Soledades para siempre.
Soledades sin apoyo.

Cuerpos como un mar voraz,
entrechocado, furioso.

Solitariamente atados
por el amor, por el odio.
Por las venas surgen hombres,
cruzan las ciudades, torvos.

En el corazón arraiga
solitariamente todo.
Huellas sin compaña
quedan como en el agua, en el fondo.

Sólo una voz, a lo lejos,
siempre a lo lejos la oigo,
acompaña y hace ir
igual que el cuello a los hombros.

Sólo una voz me arrebata
este armazón espinoso
de vello retrocedido
y erizado que me pongo.

Los secos vientos no pueden
secar los mares jugosos.
Y el corazón permanece
fresco en su cárcel de agosto
porque esa voz es el arma
más tierna de los arroyos:

«Miguel: me acuerdo de ti
después del sol y del polvo,
antes de la misma luna,
tumba de un sueño amoroso».

Amor: aleja mi ser
de sus primeros escombros,
y edificándome, dicta
una verdad como un soplo.

Después del amor, la tierra.
Después de la tierra, todo.
Miguel Hernández